
Como saben. bueno, si no saben les informo. Si no les interesa, se los impongo. Hay mucho respeto por las personas. Que la sacrosanta libertad, que los sacrosantos derechos, que nuestra respingada dignidad. Así el dialogo se ha hecho medio cínico, amanerado. Y de otra parte vulgar, ofensivo, destructivo, negador. O te acaricio relamidamente, y no me atrevo a decirte lo que vengo yo a decir, o te mando a la chucha. La cosa parece que es no decir en absoluto. La lengua sin cojones, si me aceptan la metáfora. bueno, ¿y quien los tiene?. Entre tanto jefe burócrata, entre tantos derechos para Juan y para el perro, entre tanto pedagogo constructivista y de buena fe, entre tanta libertad y derecho a opinar no hemos vuelto mimados, caprichosos y cobardes. Y esto es un asunto educativo. Por que nuestros derechos (que no s e los quiero quitar a nadie) vienen de peleas morales, y las peleas morales vienen de una cierta fuerza de voluntad.
bien, a lo que iba: les presento a el poeta Camilo León Godoy Pichon. Es alumno mío pero él no tiene la culpa. Me regaló una poesía, y eso que yo no leo poesía. Otra cosa que me quitó la filosofía. bueno se los dejo:
vuelo de palomas.
Como el mendigo que escarba
en la mugre
Me dibujo en el cuadro en blanco.
sentado frente a un montón de palomas.
Las imágenes se repiten
Las postales van girando
en el visor.
Pienso en la ciudad
y parece como si
de un instante
pudiera traerla de vuelta.
Como si de tanto amontonar migajas
se me volaran las palomas
de las manos
A ver si de puro dejar
de pensar en el cuadro
Se aparece la ciudad aquí mismo:
se esfuman mis espacios vacíos.
como un centenar de palomas
en una plaza cualquiera.
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